El municipio de Alfarnate se prepara para vivir del 10 al 14 de septiembre sus Fiestas Patronales en honor a Nuestra Señora de Monsalud, una celebración marcada por la tradición, la música y la cultura popular, y que tiene como gran protagonista la Embajada o fiesta de Moros y Cristianos, una representación histórica que se mantiene viva desde el siglo XVII.
Durante cinco días, vecinos y visitantes podrán disfrutar de un amplio programa de actividades que incluye competiciones deportivas, conciertos, degustaciones gastronómicas, juegos infantiles y momentos religiosos cargados de simbolismo.
Una fiesta con siglos de historia
La Embajada de Alfarnate, declarada Fiesta de Singularidad Turística Provincial en 2009, recrea el enfrentamiento entre moros y cristianos por la imagen de la Virgen de Monsalud. Basada en el romance anónimo Las Relaciones, la representación reúne cada año a más de cuatrocientas personas ataviadas con trajes de época, transformando al pueblo en un auténtico escenario medieval.
La cita tendrá lugar el domingo 14 de septiembre, con desfiles, batallas simuladas y la recuperación de la imagen por parte del bando cristiano. El acto finaliza con un emotivo homenaje a la Virgen, uno de los momentos más esperados por vecinos y visitantes.
Programa festivo
Los días previos, Alfarnate acogerá numerosas actividades para todos los públicos: desde el concurso de maniobras con tractores y el tradicional tiro con honda, hasta conciertos, feria de día con mercado medieval, animación infantil, concursos y bailes. También se celebrarán competiciones deportivas como pádel, fútbol, carreras ciclistas o tiro al plato, además de actuaciones musicales de orquestas y DJs en la Caseta Municipal y en la Plaza del Jardín.
El ambiente festivo arrancará el miércoles 10 de septiembre con la preferia y las finales deportivas, y tendrán su momento álgido el domingo 14 con la representación de la Embajada, acompañada de desfiles, exhibiciones de cetrería y talleres en el mercado medieval.
Las celebraciones concluirán con la tradicional traca final y la invitación a molletes con aceite por parte del Ayuntamiento, poniendo el broche a unas fiestas que combinan historia, devoción y convivencia vecinal.
